Volkswagen no tuvo demasiado éxito con sus autos convertibles.
Era una marca basada en “la forma sigue a la función” y la forma rara vez era sexy. Pero tenía algunos modelos interesantes, como el Golf R Cabriolet 2013.

La sexta generación del Volkswagen Golf tenía la versión R con mucha potencia, tracción total y gran manejo. Teniendo en cuenta su éxito, la gerencia de VW decidió lanzar una versión de techo blando, llamada Golf R Cabriolet.

Había algunas características del Golf R Cabriolet para distinguirlo del Golf GTI Cabriolet. Además de las insignias, había llantas diferentes, parrilla diferente y tubos de escape cromados.

Dentro de la cabina, el Golf R Cabriolet presentaba asientos de cubo en la parte delantera y una caja de cambios DSG. Los amortiguadores adaptativos eran un ajuste estándar. Por eso, el coche se puede comportar como normal, cómodo, descapotable o como deportivo. Pero el auto no fue rápido solo en la pista. Fue rápido en abrir y cerrar su techo de lona con tiempos de 9 segundos y 11 segundos, respectivamente.

El problema con el Golf R Cabriolet era que era 60 hp más potente que un Golf GTI Cabriolet y era más caro que el Golf R hatchback. Pero mientras que el Golf R era de tracción total, su versión descapotable era solo FWD. Pero fue lo suficientemente rápido para su clase, con un sprint de 0-100 kph (0-62 mph) en 6,4 segundos. El gran kit de frenos constaba de un par de discos de 345 mm (13,5”) en la parte delantera y discos de 310 mm (12,2”) en la parte trasera.