Aston Martin introdujo en 2008 un lavado de cara que afectó tanto al V8 Vantage Coupe como al V8 Vantage Roadster (Volante).
Esto consistió principalmente en modificaciones técnicas, pero también presentó algunos cambios de diseño menores, con el interior recibiendo una consola central inspirada en DB9 y DBS. Las actualizaciones técnicas incluyeron un nuevo motor de gasolina V8 de 4.7L que reemplaza al antiguo V8 de 4.3L, transmisión y suspensión actualizadas. Aston Martin optó por una suspensión más rígida con amortiguadores Bilstein. Tanto la potencia como el par aumentaron un 11 % y un 15 % respectivamente, mientras que el consumo de combustible y las emisiones de CO2 se redujeron un 13 %.