El automóvil insignia de Audi fue el Audi A8 y, en 2010, sus características fueron diseñadas para mejorar la calidad de conducción y garantizar viajes cómodos en cualquier distancia.
Aunque pareciera que era un A4 o A6 expandido, el A8 tenía pocos detalles que pudieran mostrar la diferencia. Pero según algunos estudios de Audi, sus propietarios buscaban una limusina que pareciera un modelo inferior, solo para pasar desapercibidos.

El aspecto exterior comenzó con la parrilla de un solo cuadro que enloqueció a los fanáticos de Audi en todo el mundo. Ellos lo amaron. Los faros del A8 eran de xenón y LED, para mejorar la visibilidad en las esquinas y los faros antiniebla se incorporaron a la luz principal. En el parachoques, donde solían estar los faros antiniebla, había radares y sensores. El A8 se construyó sobre el concepto Audi Space Frame con una estructura de carrocería de aluminio solo para ser más liviano.

En el interior, el lujoso A8 presentaba una innovadora unidad de información y entretenimiento con tweeters emergentes en el tablero que estaba abierto para una mejor experiencia de sonido. La pantalla de información y entretenimiento también era retráctil en el tablero, para no arruinar las líneas limpias del diseño. En la consola central, se instaló un panel táctil para controlar el sistema de información y entretenimiento. Se detalló especialmente la forma del selector de marchas de la transmisión automática de 8 velocidades, que parecía el acelerador de un avión.

El A8 tenía motores y transmisiones para todos los efectos. Tenía un turbodiésel V6 de 3.0 litros con tracción delantera para, digamos, transporte VIP, o un poderoso motor W12 de 6.3 litros. Para mejorar la comodidad, el A8 estaba equipado con suspensión neumática.