En 1995, en el Salón del Automóvil de Frankfurt, Audi mostró el concepto de un futuro cupé con dos asientos, tracción total y un aspecto audaz.
El concept-car fue muy bien recibido por el mercado y Audi decidió convertirlo en un modelo de serie.

Tres años después de que se revelara el prototipo, se lanzó al mercado la serie Audi TT. Esta vez, el mundo se sorprendió ya que la versión de serie se veía casi igual que el prototipo. El coche se basó en una plataforma acortada del Audi A3/VW Golf V. Sus formas redondeadas, con una cabina corta y trasera inclinada fue muy bien recibido por el mercado. Incluso tenía asientos en la parte trasera, que podrían haberse plegado para ampliar el pequeño maletero.

En el interior, el grupo de instrumentos era exactamente el mismo que el vehículo conceptual. Había dos diales analógicos más grandes y dos más pequeños, para el velocímetro, el tacómetro, el nivel de combustible y la temperatura del motor. Entre los dos grandes diales estaba la pantalla del ordenador de a bordo. Los asientos de cubo estaban destinados a mantener a sus ocupantes en su lugar, mientras tomaban las curvas. Y el coche tenía buen apetito por las curvas. En cuanto a los asientos traseros, el fabricante colocó un memorándum como recordatorio de que se permiten pasajeros de menos de 1,65 m de altura.

En el lanzamiento, el TT tenía una opción de motor con dos salidas de potencia: un motor de 1.8 litros con 5 válvulas por cilindro que ofrece 180 hp y 225 hp, respectivamente. Este último estaba disponible solo con el sistema de tracción total. En 2003, se agregó un motor VR6 de 3.2 litros.