El automóvil más lujoso construido por BMW antes de que comenzara la Segunda Guerra Mundial fue el modelo 335.
Sus ambiciones eran mantenerse al día con los modelos Mercedes-Benz en términos de comodidad, lujo y rendimiento.

La empresa bávara empezó a hacerse notar en el mercado, sobre todo después de que el 328 roadster empezara a ganar carrera tras carrera. Había ganado 100 carreras en 1937, incluida la carrera británica RAC Tourist Trophy. El modelo 326 ya consiguió sus propios clientes. Poco después del 326, el cupé y el cabriolet 327 también se destacaron por su lujo, desempeño y comodidad. El 326 tenía cuatro puertas y ofrecía comodidad, pero no demasiadas prestaciones con su motor de 2.0 litros. Teniendo esto en cuenta, el fabricante de automóviles decidió dar un paso audaz hacia la clase de lujo, con un motor más grande y más comodidad.

El 335 se mostró por primera vez en el Salón del Automóvil de Londres en 1934. El automóvil era 23 cm (9”) más largo que el 326. Ese aumento era necesario para acomodar el motor más grande de 3.5 litros. Con su parrilla delantera inclinada y curvada hacia la parte trasera, el 335 se parecía a la misma fascia delantera que el 327. Pero era más grande que ese modelo. Mientras que el 327 estaba disponible como cupé y descapotable de 2 puertas, el 335 vino como cupé y descapotable de 4 puertas, más un descapotable de 2 puertas.

Dentro de la cabina, había más similitudes con el 326 y el 327 con diales cuadrados para el velocímetro, el nivel de combustible, la temperatura del refrigerante y un elegante reloj frente al pasajero delantero.

La distancia entre ejes más larga y la suspensión mejorada hicieron que el auto fuera más cómodo que el 326 y la unidad de 3.5 litros y 90 hp con mayor torque le dio a sus clientes el desempeño deseado. Se fabricaron poco más de 400 unidades, de las cuales 233 fueron sedanes de cuatro puertas.