Basado en la misma plataforma que el BMW Serie 7, el Serie 5 Gran Turismo no tuvo el éxito esperado por el fabricante de automóviles alemán, principalmente debido a su apariencia.
El Serie 5 Gran Turismo fue el primer automóvil de cuatro puertas construido por BMW con ventanas de puerta sin marco. Su apariencia fastback y su porte alto eran una mezcla entre un sedán, una camioneta y un SUV. Y, aparte de su amplio y generoso interior, no era ninguno de los dos.

El diseño del coche fue el aspecto más discutible. La fascia delantera se parecía a la Serie 5, pero esa era la única conexión con la Serie 5 F10. Un invernadero alto con el techo arqueado y la parte trasera inclinada parecía un vehículo fastback. Se parecía a la forma del X6 pero, mientras que el vehículo SUV-cupé tuvo éxito, el GT Serie 5 no lo fue. Una característica particular del automóvil era el portón trasero de doble apertura, que podía abrirse solo en su parte inferior o con todo el parabrisas trasero.

En el interior, había una de las razones más fuertes para que alguien comprara la versión GT sobre cualquier otro BMW. Su larga distancia entre ejes permitió un interior espacioso, con mucho espacio para las piernas de los pasajeros traseros. Debido a su techo alto, el espacio para la cabeza tampoco fue un problema. El tablero masivo presentaba la pantalla de información y entretenimiento al mismo nivel que el grupo de instrumentos pero encerrada bajo el mismo “techo”. La consola central albergaba el controlador iDrive y el selector de caja de cambios automática.

El GT de la serie 5 estaba disponible con una selección de motores diésel y de gasolina, con tracción trasera o en las cuatro ruedas. Se ofrecía con una potencia que oscilaba entre los 184 hp y los 450 hp.