En 2014, BMW llegó con la tercera generación de su revolucionario SUV que ocupó la corona de las ventas en su segmento.
Teniendo esto en cuenta, tenía que estar un paso por delante de la competencia.

En una época en la que todos los vehículos 4x4 eran grandes y con chasis, BMW aprovechó la oportunidad cuando poseía la marca Land Rover y, con su saber hacer, los ingenieros de BMW construyeron un SUV sin caja de transferencia, sin marchas bajas y con construcción unibody, a diferencia de su principal rival que construyó la primera generación de ML en un chasis de escalera.

El aspecto del 2014 X5 era claramente un BMW. La parrilla en forma de riñón en la parte delantera era más grande que antes y se extendía de un faro a otro. Presentaba faros LED adaptables opcionales, identificados por una fuente de luz horizontal en el centro de los anillos de luz. Para el X5 5.0i y el X5 M50d, los faros de xenón eran estándar.

En el interior, la posición alta de los asientos permitió al constructor diseñar un interior muy espacioso. Era un verdadero vehículo de 5 plazas. La unidad de infoentretenimiento tenía una pantalla a color de 10,25”, controlada a través de la perilla giratoria iDrive estándar desde la consola central. Había pocas opciones para eso, y una tenía un panel táctil en la parte superior de la perilla para escribir los nombres o los números de una dirección para el sistema de navegación.

Por primera vez, el X5 estaba disponible con un pequeño motor de 2.0 litros y solo con tracción trasera. Pero los de mejor desempeño tenían más de 400 hp y mucho torque con el que lidiar. La transmisión estándar era una automática de 8 velocidades. El X5 también tenía una versión híbrida enchufable.