Mientras que el Tipo 2 fue el primer vehículo de cuatro ruedas diseñado por Bugatti, el Tipo 10 fue el primer automóvil que lleva su nombre.
En 1907, Ettore Bugatti se mudó a Colonia y trabajó para Gasmotoren-Fabrik Deutz. Esa compañía fue establecida por Nikolaus-Augustus Otto, quien fue el inventor del motor de combustión interna de carga comprimida, que condujo al motor de combustión interna moderno. Bugatti fue contratado como jefe del departamento de producción, pero también comenzó a trabajar en su propio proyecto con sus empleados.

Para eso, diseñó el chasis, la suspensión, la transmisión y el motor. Entendió que su coche tenía que ser ligero y ágil para ganar carreras. No estaba de acuerdo con Deutz, quien lo obligó a diseñar vehículos con motores pesados, por lo que hizo el pequeño roadster con carrocería de aluminio. Hizo una cabina solo para dos ocupantes, y el vehículo era muy estrecho. Sus ruedas de artillería con radios de madera eran la única opción factible para aquellos tiempos.

Bugatti diseñó un motor pequeño, que producía solo diez hp con su cilindrada de 1.1 litros. Instaló un sistema de embrague multidisco para enviar la potencia a las ruedas traseras a través de un eje de transmisión, que era una solución inusual. En aquellos tiempos, otros fabricantes de automóviles todavía usaban correas de cuero y cadenas de transmisión. Dado que el automóvil era muy liviano, solo pesaba 365 kg (804 lbs), podía alcanzar hasta 80 kph (50 mph). Su coche fue probado y apreciado por el aviador francés Louis Bleriot. Bleriot fue el primer hombre en volar a través del Canal de la Mancha en 1909 en un avión construido por él mismo.

Bugatti eligió ballestas en el eje delantero y un eje rígido en la parte trasera sin ningún tipo de resortes para la suspensión. Esa no fue una muy buena idea en caminos con baches, pero funcionó para un vehículo muy liviano.