El ZR1 2008 fue el Corvette de producción más rápido hasta la fecha y, además, fue el automóvil más rápido en su rango de precios.
Si bien las letras ZR datan de los años 70, fue el modelo de los 90 el que despertó más emociones. El ZR1 2008 fue el verdadero Rey de la Colina entre sus hermanos, y fue más rápido que el muy famoso Ferrari F430 de la misma época. Si bien no era el mejor auto en las curvas, era difícil de atrapar en la pista de carreras o en aceleración en línea recta.
El Corvette siguió los mismos principios que antes: carrocería ligera y aerodinámica y tomas de aire funcionales en los costados. En la parte delantera del automóvil, una toma de aire permitía que llegara más aire al supercargador cubierto por una ventana de policarbonato transparente en el capó. Fue la idea más extravagante hecha por los diseñadores de GM para el amado superdeportivo estadounidense. En la forma de cupé, el techo de fibra de carbono presentaba dos extensiones para el conductor y el pasajero.
En el interior, el Corvette presentaba un interior de aspecto moderno con un sistema de información y entretenimiento integrado instalado en la amplia consola central. La consola central alta albergaba la palanca de cambios corta, el freno de mano y un compartimiento de almacenamiento lo suficientemente grande como para un viaje rápido a la pista de carreras. Sus asientos deportivos con respaldo alto ofrecían un gran apoyo lateral.
Desde el punto de vista técnico, el ZR1 era más que un Corvette con un motor más potente. Su eje trasero reforzado, el control de conducción magnético y el diferencial de deslizamiento limitado eran parte del paquete. Un sistema de inyección de combustible de última generación alimentaba el motor V8 de 6.2 litros sobrealimentado, y la transmisión manual de seis velocidades era la única opción.