El New Yorker de 1995 tuvo la suerte de tener el nuevo logotipo de Chrysler en su parrilla, que reemplazó al viejo pentastar, al New Yorker se le dio un aspecto más de lujo estadounidense y al LHS una personalidad de rendimiento más europea.
El New Yorker estaba propulsado por un motor delantero longitudinal V6 de 3.5 litros y 3.518 cc, árbol de levas en cabeza y cuatro válvulas por cilindro. En realidad, las dos versiones solo diferían por el acabado exterior cromado, la palanca de cambios en la columna y menos características estándar del New Yorker, esa es la razón por la cual después de 1996 el nombre del New Yorker se decantó por una opción para seis pasajeros en el LHS más popular.