El último vehículo diseñado íntegramente por Citroën antes de la adquisición de Peugeot, el Citroën CX se comercializó en Europa entre 1974 y 1991.
Incluso desde el comienzo de su producción, el Citroen CX fue apreciado, ganando el trofeo de Coche Europeo del Año en 1975.
El Citroen CX sucedió al legendario Citroen DS del que tomó prestadas sus suspensiones hidroneumáticas. El motor se montó transversalmente e inclinado hacia adelante, una novedad en el segmento del mercado. Con la nueva posición del motor, Citroen tuvo que desarrollar una nueva caja de cambios transversal que luego se montó en el Lancia Beta, Talbot Solara y otros.
Aunque era 21 cm (8,26 pulgadas) más corto que el Citroen DS, el CX ofrecía más espacio interior debido a la nueva configuración.
El CX no se benefició del control hidráulico de la caja de cambios que permitía el cambio de marchas manual sin pedal de embrague como sí lo hacía el Citroen DX.
Bastante poco común para la época, el Citroen CX presentaba frenos estándar de 4 discos, con discos ventilados en la parte delantera con el sedán y también en la parte trasera con la familiar.
El estilo exterior fue obra de Robert Opron, inspirado en los diseños de la GS y la SM. Robert Opron logró desarrollar el nuevo estilo sin hacer que el CX pareciera un clon de otro modelo.
En julio de 1982, el Citroen CX se rediseñó ligeramente y presentó nuevos nombres: CX 20, 20 TRE y 25 D. El exterior presentaba una máscara frontal rediseñada, una parrilla al ras y soportes de parachoques delantero agrandados. En el interior, la cabina se equipó con nuevos contadores con números naranjas sobre fondo negro.
También en 1982, algunas opciones se convirtieron en estándar, como la dirección asistida, las ventanas delanteras eléctricas y el cierre centralizado de las puertas.