Daewoo necesitaba un vehículo de nivel de entrada, y lo necesitaba rápido, por lo que se fijó en Suzuki, que les vendió los derechos de la tercera generación del Alto.
El Alto fue diseñado por Suzuki para el segmento kei-car y lo fabricó únicamente con motores de 0,66 litros para el mercado japonés. Para Daewoo, que no sabía diseñar un coche desde cero, era la mejor solución. El fabricante de automóviles coreano necesitaba un vehículo barato para venderlo en los mercados emergentes, especialmente en el continente de Europa del Este, en los antiguos países comunistas. Extrañamente, el auto tuvo un gran éxito en América del Sur y especialmente en Perú.

Desde el exterior, el Tico se veía ligeramente diferente al Alto, con la principal diferencia en los faros más pequeños. Su panel frontal presentaba una abertura delgada para enfriar el motor. El parachoques de plástico delantero envolvente lucía las señales de giro, mientras que las luces estacionarias estaban incluidas en los faros. Dependiendo del nivel de acabado, el Tico presentaba tiras de goma en los costados para evitar rayones en el estacionamiento, especialmente con los carritos de compras. Daewoo tuvo la ridícula idea de instalar un alerón en el medio del portón trasero. Sirvió más como una mesa de café para los taxistas.

Por dentro, el coche era bastante espacioso para cuatro adultos, ya que ninguno superaba la altura media europea. Su maletero era lo suficientemente grande como para que cupiera una fiambrera y una taza de café XXL. Para el tablero, Daewoo usó la misma parte que el Alto, con un panel de montaje bajo y un pequeño grupo de instrumentos rectangular colocado frente al conductor.

El motor fue desarrollado en conjunto por Daewoo y Suzuki. Era una unidad de tres cilindros en línea de 0.8 litros que podía proporcionar solo 48 hp, que eran suficientes para el vehículo de 680 kg (1500 lb).