Daihatsu introdujo el Sirion en el mercado en 1998 y lo actualizó tres años más tarde, pero sin demasiado éxito entre el público.
Toyota era propietaria de la marca Daihatsu, uno de los fabricantes japoneses de motores de combustión interna más antiguos. Una marca que era conocida en su mercado local por producir kei-cars y triciclos. Pero su empresa matriz pensó que podría ser una buena idea ofrecer Daihatsu como una submarca con vehículos más asequibles. Desafortunadamente, a esa empresa matriz no le importaba el departamento de diseño. Entonces, Daihatsu fabricó el Sirion en 1998 y lo lanzó al mercado en el segmento pequeño. Más tarde, introdujo una versión renovada.

Desde el exterior, el automóvil se veía insípido a pesar de su estilo retro. Los faros redondeados y luego inclinados hacia atrás con una pequeña lámpara adicional en el lado interior parecían haber sido diseñados después de que todo el vehículo estuvo listo para rodar. Se cortó una rejilla negra en el parachoques delantero. De sus lados, la única parte interesante era la tercera ventana detrás de las puertas traseras. Aparte de eso, era un ejemplo de biodiseño que ya no encajaba en el mercado. Como último grito de atención, el Sirion lucía una línea cromada en los costados complementada con manijas cromadas en las puertas.

Por dentro, el auto era sorprendentemente espacioso, y esa fue la razón principal por la que la gente lo compró a pesar de su precio más alto que el de un Ford Fiesta. En el interior, Toyota insistió en que el automóvil debería ofrecer algunas características estándar, como el aire acondicionado y las ventanas eléctricas delanteras. En cuanto a los materiales utilizados, esa es otra historia.

Debajo del capó, Daihatsu instaló su motor de tres cilindros y 1.0 litros para el modelo base y uno de cuatro cilindros en línea y 1.3 litros, heredado del Yaris.