Fiat disfrutó del notable éxito registrado por la primera generación del Punto y, en 1999, presentó un sucesor, disponible en carrocerías de tres y cinco puertas.
El fabricante de automóviles italiano ya era conocido como un experto europeo en la construcción de vehículos de pequeño tamaño. Ejemplos como el 500, el 600 o el 125 son solo algunos ejemplos. En 1999, Fiat tuvo la ventaja de una placa de identificación ya conocida y, gracias a su experiencia, logró repetir el éxito.
Con un diseño atrevido para su clase, el Punto se exhibió en el Salón del Automóvil de Frankfurt de 1999 y fue uno de los vehículos más importantes presentados allí. Sus faros de aspecto nítido y sus líneas fluidas eran inusuales para el segmento pequeño. A pesar de que era solo un vehículo normal, trató de mostrar un estilo llamativo. A diferencia de su hermano de tres puertas, la versión de cinco puertas parecía más equilibrada y, gracias a sus pilares C más delgados, más práctica en el entorno urbano.
Fiat intentó que el Punto fuera asequible y, para ello, tuvo que utilizar materiales económicos en el interior. El tablero de plástico con un grupo de instrumentos simple y un estéreo montado en la parte superior (que se ofrece como opción) fue solo un ejemplo. No había tacómetro ni indicador de temperatura del refrigerante para las versiones básicas, pero el hermano de opciones completas mostró un panel de instrumentos completo, incluida una computadora de a bordo. En la parte trasera, Fiat instaló un respaldo abatible dividido para toda la gama.
Debajo del capó, el fabricante de automóviles instaló una selección de cinco motores. El nivel base estaba propulsado por un motor de 1.2 litros que proporcionaba solo 60 hp. Para una mejor eficiencia de combustible, Fiat introdujo un motor diesel de 1.9 litros con o sin turbocompresor.