La tercera generación del Escape fue una gran desviación de su modelo anterior.
Era un automóvil global ya que tenía la misma forma en Europa, pero con un nombre diferente. También fue conocido como el Kuga.

Mientras que la primera generación del Escape era como una pila de cajas una encima de la otra, la segunda generación presentaba un diseño elegante, con líneas largas y curvas. El automóvil era un verdadero crossover pequeño con una huella similar a un Ford Focus.

El automóvil fue diseñado en Europa, pero también tuvo éxito en los EE. UU. La fascia delantera presentaba faros en ángulo y un parachoques delantero mejorado aerodinámicamente. El coche era un 10 por ciento más aerodinámico que la generación anterior. A diferencia de las otras dos versiones anteriores, que se fabricaron junto con Mazda, el modelo de 2017 era 100% Ford.

En el interior se instaló la nueva generación del MyFord Touch. Presentaba una pantalla a color en la parte superior de la consola central y los botones de control estaban justo en frente. Como opción, un sistema de sonido premium de Sony estaba en la lista. Los asientos delanteros ofrecían un buen confort y algo de apoyo lateral debido a sus cabezales. En la parte de atrás, había espacio para tres adultos.

A diferencia de su hermano europeo, no estaba equipado con motores diésel. No contó con un V6 o una versión híbrida como la segunda generación del Escape. Pero estaba equipado con el último motor EcoBoost de 1.6 litros, que era más eficiente en combustible que el híbrido y un EcoBoost de 2.0 litros que era más potente que el V6. El modelo base presentaba un motor de cuatro cilindros en línea de 2.5 litros. Todas las versiones estaban acopladas a una transmisión automática de 6 velocidades. El sistema de tracción total automática transfirió el torque de la rueda delantera a la trasera y de la rueda izquierda a la derecha, de acuerdo con el nivel de tracción.