GM duplicó su oferta en el mercado de camionetas ligeras con la Canyon, la versión de GMC de la Chevrolet Colorado.
General Motors e Isuzu ya eran socios desde hace mucho tiempo y decidieron desarrollar un nuevo vehículo utilitario. Para mercados específicos, Isuzu usó su carrocería y vendió el automóvil como D-Max, mientras que el fabricante de automóviles estadounidense lo vendió en el mercado estadounidense con la marca bow-tie y GMC. La Crew Cab era una de las cabinas de GMC y presentaba un par de puertas suicidas en la parte trasera, además de un juego de asientos plegables además de los delanteros.
GMC imaginó un diseño agresivo para la Canyon, con dos filas de luces en la parte delantera. La misma idea se trasladó a las camionetas pickup más grandes del GMC. Según el nivel de equipamiento, el vehículo presentaba parachoques del color de la carrocería o cromados. Para pasar las pruebas del IIHS, GMC tuvo que construir el automóvil, por lo que las puertas traseras con bisagras traseras podrían haberse abierto solo si las delanteras no estaban cerradas. Sus arcos ensanchados a los lados hacían que el auto pareciera más agresivo, a pesar de que solo era una camioneta en el mismo segmento de mercado que la Dodge Dakota o la Ford Ranger.
En el interior, el fabricante de automóviles instaló un asiento de banco en el nivel de acabado base o asientos de cubo. En las versiones equipadas con caja de cambios manual, la palanca de cambios se instaló en la consola central. Para la versión automática, el fabricante de automóviles movió la palanca en la columna de dirección. Los asientos traseros ofrecían espacio limitado para dos pasajeros, principalmente para distancias cortas.
Debajo del capó, GMC ofrecía una selección de cinco motores con hasta ocho cilindros. Los modelos base presentaban tracción trasera o un 4x4 con una caja de transferencia de rango bajo.