Honda dio un gran paso en sus ideas de diseño cuando reemplazó la segunda generación con la tercera generación del Civic de 1983.
En 1983 llegan dos grandes novedades desde Japón: sale al mercado el juego de Mario Bros y la tercera generación del Honda Civic. Mientras que el popular videojuego tuvo que esperar otros dos años para hacerse famoso, el Civic fue un éxito instantáneo.

Honda ofreció el Civic con forma de cuña en algunas opciones de carrocería, desde el hatchback de tres puertas hasta el coupé deportivo CRX, el sedán y el Shuttle, este último a medio camino entre un SUV de tamaño pequeño y una camioneta. . Presentaban faros rectangulares y señales de giro montadas en las esquinas con lentes transparentes. Sus parachoques de plástico, envueltos, eran negros o pintados, según el nivel de equipamiento. Una parte trasera vertical definía la forma del automóvil más como un kammback que como un hatchback. El Civic no contaba con un portón trasero real ya que solo la ventana trasera podría haberse abierto hacia arriba.

En el interior, el Civic continuó con el concepto de diseño de línea recta. Presentaba un tablero de instrumentos plano y un pequeño grupo de instrumentos con forma trapezoidal. Según el motor y el nivel de equipamiento, presentaba solo dos indicadores para la temperatura del combustible y del refrigerante y un velocímetro. Las versiones superiores se mejoraron con un tacómetro.

Debajo del capó, Honda instaló una selección de tres motores, incluido un potente 1.6 litros, que proporcionaba 150 hp. Era el comienzo de la tecnología VTEC, y el mundo entero quedó atónito ante la alta potencia específica que ofrecía la pequeña automotriz japonesa.