Honda introdujo el CR-V en el segmento de los SUV en 1995 y fue un gran éxito desde el principio.
Pero al mismo tiempo, el fabricante de automóviles japonés trabajó en un proyecto más pequeño: el HR-V.
En 1999 hubo una gran confusión con respecto al HR-V: nadie sabía qué coche era. No era un SUV, no era un MPV y, ciertamente, no era una camioneta. El nombre crossover no existía y todos los medios consideraban al HR-V como un vehículo utilitario deportivo ligero. Era más que eso; era el amanecer de una nueva era automotriz.
Los diseñadores del coche no tomaron nada de la gama Honda. Era un vehículo diseñado desde cero, y las únicas limitaciones eran la plataforma técnica. Con faros de formas extrañas que ocupaban algo de espacio en el parachoques delantero y una parrilla de una pulgada de alto, el HR-V era una mezcla entre una camioneta compacta y un SUV. La línea del techo terminó con un pequeño alerón en la parte trasera y un portón trasero plano. Solo las luces traseras se parecían, de alguna manera, a las instaladas en el CR-V. Al principio, Honda introdujo solo la versión de tres puertas, que se consideró más importante para los clientes más jóvenes.
En el interior, el High Recreational Vehicle (HR-V) ofrecía suficiente espacio para cinco adultos y un baúl lo suficientemente grande para pasar un fin de semana en un albergue de montaña. Gracias a su gran ventana y a sus retrovisores exteriores de gran tamaño, el coche ofrecía una sensación de vehículo 4x4. Contaba con comodidades estándar como aire acondicionado, ventanas eléctricas, dirección asistida y un sistema de audio decente.
Debajo del capó, Honda instaló un motor atmosférico de 1.6 litros con solo 106 hp. Se combinó con una transmisión manual de 5 velocidades instalada de serie o una CVT como opción. Honda vendió el automóvil con tracción delantera o tracción total.