Tras iniciar el programa WRC, el fabricante de automóviles coreano Hyundai se atrevió a lanzar su primer hot-hatch al mercado en 2018: el i30 N.
Y comenzó a llamar más la atención.

El Hyundai i30 N intentó competir con los conocidos hot-hatch del mercado como el Golf GTI, el Civic Type R y el Seat León Cupra. Al igual que los modelos antes mencionados, el i30 N se ofreció en dos versiones, siendo la otra el i30 N Performance, que agregó algunas características valiosas, como el diferencial de deslizamiento limitado.

Desde el exterior, un ojo inexperto no verá la diferencia entre un i30 normal y la versión N. Pero una parrilla negra más grande y el borde rojo debajo del faldón delantero eran diferentes. En la parte trasera, el escape doble ofrecía un verdadero concierto de sonidos de automovilismo, especialmente cuando el auto estaba en el entorno deportivo. Para completar la imagen, se agregaron al automóvil carcasas de espejos retrovisores negros y un alerón de techo negro.

En el interior, el i30 N presentaba asientos de cubo. Incluso si no tuvieran el nombre de Recaro, ofrecieron un buen soporte lateral. Se agregó una barra transversal en el maletero entre las ruedas para endurecer la carrocería. Era removible, en caso de que alguien quisiera llevar un artículo grande con el rápido y ágil i30 N.

Debajo del capó, el i30 se ofreció con un motor de gasolina turbocargado de 2.0 litros. En la versión N, ofrecía 250 hp, mientras que el paquete Performance agregaba 25 caballos más.