Ian Callum admitió que se inspiró en el famoso E-Type cuando diseñó el XK, y la versión descapotable fue aún más convincente que su hermano cupé.
Cuando se presentó el XK 2006, su predecesor, el XK8, ya tenía diez años. La compañía británica sabía que necesitaba un nuevo vehículo, no solo otro lavado de cara. Dicho esto, Ian Callum y su equipo se reunieron y diseñaron otro vehículo asombroso, pero con más aluminio para que el auto sea más enérgico de conducir que el XK8. Mientras trabajaban en la apariencia, el equipo de ingeniería trabajó arduamente para encontrar una manera de instalar un nuevo motor de 5.0 litros debajo del capó.
El equipo de diseño se inspiró en uno de los autos más bellos del mundo, el E-Type. El propio Enzo Ferrari hizo esa afirmación sobre el E-Type, así que cúlpelo si me equivoco. La parrilla de forma ovalada del XK se parecía al glorioso modelo de los años 60 de Jaguar. Sus extraños faros delanteros eran únicos en el mercado, y los profundos orificios para las luces antiniebla parecían diseñados para las ametralladoras de un automóvil de James Bond. El techo de lona ofrecía un buen aislamiento acústico y térmico.
En el interior, el lujo británico podría haber estado en su mejor momento. Aparte de algunos botones e interruptores del Ford Fiesta, todo lo demás era lujoso. La costosa piel Connely y las molduras de madera completaron un ambiente de exclusividad y buen gusto. Mientras que los asientos delanteros estaban hechos para la comodidad, los traseros eran aptos solo para un niño pequeño, ya que el espacio para las piernas era casi inexistente.
Aparte del feroz XKR, el resto de la gama se equipó con una selección de tres motores V8. Todos ellos iban acoplados a una caja de cambios automática de 6 velocidades y enviaban la potencia a las ruedas traseras.