Con el Jaguar XJS funcionando durante no menos de 21 años completos, era hora de que Jaguar arreglara las cosas y presentara un nuevo modelo.
Así, en 1996, Jaguar presentó la Serie XK.

La nueva serie tenía la misma base que el XJ-S, sin embargo, el chasis se había endurecido y revisado más allá del reconocimiento. El XK estaba disponible como convertible o cupé, con la mayoría de las ventas generadas por el convertible.

Por primera vez, se montó una unidad V8 en la nueva serie de Jaguar. La unidad DOHC de 4.0 litros producía nada menos que 290 caballos de fuerza y 290 libras-pie de torque. No había transmisión manual disponible con el entonces nuevo Jaguar XK8, en su lugar se ofreció una transmisión automática de 5 velocidades completamente nueva, con modos normal y deportivo. El deportivo XK8 estaba limitado a 250 km/h, que era más bajo que el automóvil al que reemplazó, el XJ-S.

En el interior, el cupé ofrecía asientos para 4 personas. Mientras que los ocupantes delanteros disfrutaban de una cabina espaciosa, los asientos traseros eran buenos para equipaje o niños pequeños. La elegante cabina estaba equipada con un panel de instrumentos de nogal, un volante de cuero y tapicería de cuero aromático. Los cómodos asientos ofrecían un gran apoyo lateral como en cualquier otro vehículo deportivo de lujo.

Además del magnífico diseño del automóvil y su potente motor, el XK venía con muchas características lujosas en ese momento: control de crucero adaptativo, llantas de aleación, faros de xenón autonivelantes y otros.

La serie XK, aunque nueva, se mantuvo fiel a sus raíces inspirándose en el famoso E-Type. Con una aceleración sin esfuerzo, una dirección ágil y precisa y un diseño lujoso, aunque costoso, el XK tuvo un gran éxito.