Si bien la primera generación de Lancia Delta tuvo una gran cantidad de fanáticos, especialmente en la versión Delta Integrale, la tercera generación fue hecha para personas a las que no les importan menos los deportes de motor.
En el Reino Unido, el nombre Lancia Delta estaba tan fuertemente ligado a los rallies que el Grupo Fiat-Chrysler decidió vender el vehículo como Chrysler Delta, en lugar de Lancia Delta. A pesar de su pedigrí deportivo, la tercera generación del Delta era una buena alternativa para el segmento de los compactos. Estaba parado en la plataforma Fiat Bravo, pero con una distancia entre ejes más larga.
Desde el exterior, parecía un vehículo alargado con grandes puertas en la parte trasera y la promesa de un viaje cómodo. La gran rejilla con forma de escudo en el frente estaba cromada y la introducción de LED DRL fue una actualización de moda. El automóvil parecía apropiado para un mercado donde los clientes buscaban hatchbacks compactos con un gran interior.
En el interior, había suficiente espacio para cinco pasajeros. Los clientes podían haber elegido entre varios niveles de equipamiento y el superior estaba en el segmento premium desde el punto de vista de la calidad del material. En la parte trasera, los asientos podrían haberse movido hacia adelante y hacia atrás para aumentar el espacio para las piernas o el maletero.
La plataforma técnica no era del todo buena para un vehículo premium o deportivo. Estaba equipado con puntal McPherson delantero y tipo semirrígido trasero, pero presentaba un sistema de amortiguación adaptativo.