La quinta generación del Maserati Quattroporte se presentó en 2003 en el Salón del Automóvil de Frankfurt.
Fue una brecha de dos años después de que la última cuarta generación, Quattroporte, salió de fábrica.
La espera vale la pena. El nuevo auto deportivo-ejecutivo no solo era más rápido, sino que se veía mucho mejor. Su antecesor fue diseñado en los años 90 y estaba desactualizado. El Quattroporte 2003 tenía la configuración de cuatro puertas de Maserati y un motor diseñado por Ferrari.
La forma fluida y aerodinámica del Quattroporte fue diseñada por Ken Okuyama en el estudio Pininfarina. Su parrilla grande y baja, sus faros pequeños y sus pilares A inclinados imitaban a los de un auto deportivo. Las tres ventilaciones en los guardabarros delanteros y la línea de cintura curva confirmaron el atractivo deportivo del automóvil. Las pequeñas luces traseras triangulares se diseñaron teniendo en cuenta el mercado estadounidense, donde las luces de freno tenían que montarse en un panel fijo de la carrocería. No había luz en la tapa del maletero.
En el interior, el Quattroporte presentaba un interior lujoso, con asientos de cuero, molduras de madera en el tablero y la consola central. La unidad de información y entretenimiento no era tan grande como la que se usaba para otros fabricantes de automóviles premium de esa época. El volante presentaba varios botones para diversas funciones. Los cómodos asientos delanteros y la banqueta trasera perfilada fueron diseñados para la comodidad, no para una conducción deportiva.
Debajo del capó, el Quattroporte se ofreció con una sola opción de motor, un motor de aspiración natural V8 de 4.2 litros. Estaba acoplado de serie a una transmisión manual de 6 velocidades, mientras que una automática de 6 velocidades estaba en la lista de opciones. En ese segmento, la caja de cambios manual ya no era tan común.