A principios de la década de 2000, Mercedes-Benz revivió la antigua marca de ultra lujo, Maybach.
Trató de convertirlo en un competidor directo de Rolls Royce y Bentley. El Maybach 62 fue el modelo superior.

Maybach solía ser uno de los vehículos más lujosos construidos en Alemania antes de la Segunda Guerra Mundial. Su principal experiencia era en motores y transmisiones, por lo que la empresa vendía principalmente chasis con motores, transmisiones y tableros para ser carrozados por carroceros independientes. En 2002, Mercedes-Benz relanzó la marca Maybach con dos vehículos: 57 y 62. Los números eran de acuerdo a la longitud de los vehículos, expresada en metros. El 62 era la versión más larga, con más funciones y un precio más alto.

El exterior del automóvil se parecía al diseño de otro exitoso automóvil de lujo: la Clase S. Los faros eran diferentes, con un diseño específico de luces gemelas. La parrilla tenía una forma similar a la de un Clase S, pero con listones verticales. A diferencia de la Clase S, el Maybach 62 presentaba un área de vidrio adicional detrás de las puertas traseras. Pero las mayores diferencias estaban en el interior.

Para el conductor, había un vehículo cómodo al mismo nivel que una Clase S. En la parte trasera, era una historia diferente. El lujoso vehículo presentaba dos asientos con un refrigerador entre ellos. Los asientos individuales regulables eléctricamente permitían mayor apoyo para las piernas, como en un avión en Business Class.

Debajo del capó, había un motor biturbo de 5.5 litros con 12 cilindros. Dado que la potencia total del motor era demasiado alta para la caja de cambios 7G-Tronic recientemente desarrollada, el Maybach 62 presentaba una caja de cambios automática de 4 velocidades más antigua, pero más resistente.