Para 1990, toda la clase fue revisada y los autos obtuvieron varias mejoras, incluido un chasis reforzado completo con un nuevo sistema de suspensión y frenos antibloqueo.
La novedad también llegó a la cabina, que fue rediseñada con una nueva elección de tapicería y detalles en madera. Durante siete años, no se realizaron otros cambios, hasta 1997, cuando la clase recibió un lavado de cara que introdujo dos nuevas unidades de potencia y una capota eléctrica para el convertible. El G-KLass cabrio se convirtió en el único vehículo con tracción en las cuatro ruedas hecho a mano en el mundo con ese tipo de techo y tres diferenciales de bloqueo.