El lavado de cara de la segunda generación del Mercedes-Benz ML marcó su debut en el Salón Internacional del Automóvil de Nueva York de 2008, en marzo.
Mostró mejoras en el exterior y el interior también.
Si bien la primera generación del ML comenzó con el pie izquierdo con un chasis de escalera debajo de la carrocería, su sucesor llegó bien preparado en 2005 con una construcción monocasco. Era más ligero, más ágil y con una suspensión independiente en las cuatro ruedas que ofrecía más comodidad y mejor velocidad en las curvas.
Para el exterior, hubo una mejora en los faros y el parachoques delantero, donde se formó un espacio más amplio debajo de la parrilla, para dejar más espacio para enfriar el motor. Para algunas versiones de motor, el enfriamiento era un problema antes del lavado de cara y esa brecha fue parte de la solución. En la parte trasera, había un nuevo diseño de parachoques ligeramente modificado. Se aplicó un nuevo diseño para los retrovisores exteriores.
En el interior, había una opción para una nueva interfaz Meda. Se instaló una nueva pantalla a color y el sistema permitió la conectividad Bluetooth con transmisión de música. Se introdujo un puerto USB para permitir la conexión a un teléfono móvil, transmitir música desde él y cargarlo al mismo tiempo. El nuevo Media Interface permitió el sistema Linguatronic, con comandos de voz.
Para el compartimiento del motor, hubo mejoras para las unidades diésel que presentaban Reducción Catalítica Selectiva (SCR) con una inyección de DEF (Diesel Exhaust Fluid), también conocido como AdBlue, que ayuda a reducir la contaminación. Había cuatro unidades diésel y dos gasolina, además de la versión AMG.