Mercedes-Benz agitó el mundo de los fabricantes de automóviles premium cuando presentó el 300d en el Salón del Automóvil de Frankfurt de 1951, y eso no fue todo; también lo ofreció en una versión descapotable.
Después de solo seis años desde el final de la Segunda Guerra Mundial, el fabricante de automóviles alemán volvió a ponerse de pie. Entendió que debía continuar su misión con vehículos de lujo que le dieron fama antes de la guerra. Reunió a todos los especialistas que tenía y creó un automóvil único que se convirtió en un vehículo de lujo imprescindible. No era Rolls-Royce, pero estaba bastante cerca en términos de ingeniería avanzada y comodidad.

La era de los guardabarros anchos y los compartimientos del motor más altos y estrechos estaba llegando a su fin, pero el fabricante de automóviles aún no estaba listo para dar ese paso. Pero mejoró el concepto al incluir los faros en los guardabarros delanteros e inclinó la parrilla del radiador. Sus líneas curvas de guardabarros se extendían sobre la puerta delantera, mientras que las puertas traseras lucían un lado inferior curvo que emergía hacia los paneles de los cuartos traseros. En la parte trasera, el baúl curvo e inclinado hacía que el automóvil pareciera más dinámico. Para el techo de lona, el fabricante de automóviles utilizó las mismas soluciones de los descapotables de antes de la guerra, incluidas las partes metálicas expuestas para el mecanismo de retracción.

En el interior, Mercedes-Benz utilizó dos asientos individuales para los ocupantes delanteros y una amplia banqueta para los traseros. Era un automóvil construido para la comodidad, y eso se reflejaba en el espacio para las piernas en la parte trasera, donde los pasajeros no podían quejarse. Aunque, tuvieron que trabajar sus músculos para ayudar a cubrir o descubrir el vehículo.

Debajo del capó, el fabricante de automóviles instaló un motor de seis cilindros en línea de 3.0 litros acoplado de serie a una caja de cambios manual de cuatro velocidades. Gracias a su suspensión independiente en todas las esquinas, el vehículo proporcionaba un mayor nivel de comodidad que la mayoría de sus competidores, que seguían confiando en un eje trasero rígido.