Si el S-type era asombrosamente rápido para su época, el SS era un electrón veloz como el LHC gracias a su avanzado motor de gasolina de seis cilindros en línea sobrealimentado que generaba 200 hp y 225 respectivamente durante su tiempo de producción.
Ahora bien, teniendo en cuenta que la mayoría de los coches de la época, incluso otros modelos MB, contaban con una potencia no superior a los 80 hp para los modelos deportivos, esta gama muy limitada de automóviles era tan rápida como algunos de los coches actuales. De hecho, el modelo SS más rápido alcanzó una velocidad máxima de 170 km/h (118 mph), sorprendentemente lograda mediante una relación de compresión baja (6,2:1) y una combinación de sobrealimentador.