Mitsubishi construyó el Lancer como una versión Colt y se convirtió en una gama de vehículos distinta que incluía un cupé y una camioneta.
En 1991, el Lancer ya era un nombre conocido en varios mercados. El fabricante de automóviles japonés presentó la camioneta en 1992, utilizando la misma plataforma que el Colt, pero con una carrocería completamente diferente. Ya no era ese supermini hatchback, sino que evolucionó hasta convertirse en un automóvil familiar.
Con su parte delantera estrecha y los faros horizontales, el Lancer Wagon/Combi presentaba una parrilla delgada que lucía la insignia de Mitsubishi en el medio y un parachoques de plástico que lo envolvía. En el faldón, el fabricante de automóviles colocó una parrilla más alta y ancha para mejorar la refrigeración del motor. Como una camioneta, el automóvil presentaba un techo recto y extendido. Su puerta trasera inclinada hacia adelante disminuía la cajuela del auto pero realzaba su apariencia.
En el interior, el Lancer ‘92 fue el primero en mostrar formas redondeadas y líneas curvas. Su predecesor estaba más en el estilo de cuña. Su panel de instrumentos presentaba un gran velocímetro en el medio y un tacómetro en el lado izquierdo. En el dial derecho, el fabricante de automóviles instaló la temperatura del refrigerante y los indicadores de nivel de combustible. La consola central albergaba los controles de ventilación y el reproductor de cintas. En la cabina, había espacio para hasta cinco adultos, con un banco trasero plegable y divisible. Con los asientos levantados, el maletero podía albergar hasta 470 litros (16,6 pies cúbicos) de equipaje, mientras que con los asientos traseros plegados, aumentaba a 1.399 litros (49,4 pies cúbicos).
Mitsubishi instaló una selección de tres motores bajo el capó del Lancer Wagon, según el mercado, y los combinó con una transmisión manual de cinco velocidades.