Pontiac presentó el Firebird Trans-Am en 1982 como modelo de 1983 y compartió la mayoría de sus componentes con el Chevrolet Camaro pero con un estilo diferente.
Era el coche de la película Night Rider, y ese “KITT” lo hizo famoso en todo el mundo. A principios de los años 80, los antiguos gloriosos muscle cars fueron despojados de sus grandes motores V-8 debido a las normas de contaminación, y sus potencias se redujeron a cifras de dos dígitos. Pero eso no significaba que los fabricantes de automóviles no pudieran hacerlos lucir atractivos, como el Firebird de 1982.
Los faros emergentes eran algo que todos anhelaban, y el Firebird los tenía. Su parte delantera estrecha con un parachoques envuelto de plástico presentaba luces antiniebla como opción. Cuando se apagaron los faros, dejaron un pequeño espacio. A los lados, el parabrisas inclinado era el típico de un deportivo. Su invernadero se amplió en la parte trasera con una enorme ventana trasera curva.
En el interior, no era esa cabina futurista de alta tecnología como la del Night Rider. En el interior, el Firebird presentaba grandes diales redondos en el panel de instrumentos. Su tablero era recto, con una consola central para la radio y la unidad de aire acondicionado. Dependiendo del nivel de equipamiento, la consola central lucía el selector de marchas automático o la palanca de cambios para la caja de cambios manual. El automóvil presentaba asientos delanteros ajustables eléctricamente en los niveles de equipamiento superiores, mientras que un banco plegable era estándar para los pasajeros traseros.
Debajo del capó, Pontiac instaló un motor de 2.5 litros para el modelo base y V-8 para el resto de la gama.