Introducido en 1994 como modelo de 1995, el Porsche 911 Cabriolet era más un vehículo Gran Turismo que un automóvil deportivo.
Sin embargo, fue lo suficientemente rápido para esos días.
Porsche ofreció roadsters y descapotables desde sus inicios como fabricante de automóviles. Solo unos pocos modelos no se ofrecieron con techo abierto hasta 1994. Pero el 911 tenía que ofrecer una versión descapotable. Los clientes siempre pedían uno.
El 911 Cabrio presentaba las mismas señales que su versión cupé, pero con algunas diferencias además de la falta de techo fijo, por supuesto. La nueva regla para la tercera luz de freno dio algunos quebraderos de cabeza al equipo de diseño. Como no había un alerón fijo en la parte trasera, tuvieron que pensar en otra idea. Entonces, instalaron un pequeño spoiler en la parte trasera del auto, arriba de la tapa del motor. Era un arco con el semáforo adentro.
El interior presentaba asientos deportivos de cubo en la parte delantera y dos asientos pequeños en la parte trasera. El grupo de instrumentos presentaba cinco diales, con el tacómetro en el medio y un reloj en el lado derecho. Los controles de clima y el estéreo se montaron en línea con la columna de dirección. Cuando se plegó la capota, se desplegó automáticamente un cortavientos detrás de los asientos delanteros. No había asientos en la parte de atrás.
El motor de 3.6 litros se ofreció en dos versiones, con 275 hp y 285 hp. Este último presentaba el sistema VarioCam. Ambas versiones se combinaron con una manual de 6 velocidades o una automática de 4 velocidades.