En 2008, el lavado de cara del Porsche 911 – 997, también conocido como 997.2, supuso una importante mejora con respecto al modelo de 2004. Trajo cambios en todos los departamentos: desde el exterior hasta el motor.
Después de cuatro años de producción, una actualización de ciclo de vida media estaba lista para el mercado. Porsche tuvo que mejorar sus motores para hacerlos más limpios y respetar las nuevas normas de contaminación en Europa. Significaba que tenía que construir sus autos más eficientes en combustible. Como es habitual, el resto del coche también sufrió algunos cambios menores.
En el exterior, la primera diferencia estaba en el parachoques delantero, donde se esculpieron tomas de aire más grandes. Los faros estaban equipados con lámparas bi-xenón, mientras que las luces de marcha y las luces traseras estaban equipadas con LED de serie. Se adoptó un nuevo diseño para los retrovisores exteriores.
Como cualquier convertible premium o deportivo, el Carrera S Cabriolet presentaba un techo eléctrico, que podía cubrir y descubrir el auto en 20 segundos. El interior presentaba un nuevo PCM (Porsche Communication Management), que admitía Apple CarPlay. Para los usuarios de Android, había una aplicación para descargar, pero no funcionó tan bien como los sistemas iOS.
El Carrera S Cabriolet presentaba un motor de 3.8 litros que generaba 385 hp, estaba acoplado de serie a una transmisión manual de 6 velocidades y una automática PDK (doble embrague) de 7 velocidades estaba en la lista de opciones. El PASM (Porsche Active Suspension Management) se instaló de serie.