El GT3 RS 2009 fue el superdeportivo definitivo para la carretera.
La única diferencia entre este y el vehículo de carreras era el equipo obligatorio necesario para una carrera de la FIA.

Porsche necesitaba construir el GT3 RS para obtener la homologación del coche de carreras. Llevaba todo lo que era legalmente posible desde un coche de carreras hasta la versión de calle. Los pernos centrales de las ruedas, el alerón trasero más grande hecho de fibra de carbono con puntales de aluminio y el escape montado en el centro eran parte de las tecnologías de carreras involucradas en el automóvil.

En la parte delantera, el faldón delantero se heredó de la versión GT3, con las mismas cinco tomas de aire, más un escape adicional en la parte superior del parachoques. La tapa del baúl delantero estaba hecha de fibra de carbono para que el automóvil fuera más liviano. La ventana trasera estaba hecha de policarbonato, para ahorrar peso.

En el interior, el GT3 RS se ofreció con un tablero de instrumentos decente, incluido un sistema de información y entretenimiento Porsche Communication Management, si el conductor necesitaba escuchar música inspiradora en la pista. Presentaba asientos delgados de fibra de carbono sin ajustes para el respaldo. El automóvil estaba equipado de serie con una jaula antivuelco, por lo que el automóvil pudo ingresar a la pista directamente desde la sala de exhibición. Lo único que faltaba era un arnés de carrera y un extintor homologado.

El motor de aspiración natural de 3.8 litros se actualizó de la versión GT3 y ofrecía 450 hp. El volante de inercia monomasa le permitió acelerar más rápido, hasta 8500 rpm. El diferencial de deslizamiento limitado y el PASM (Porsche Active Suspension Management) se instalaron de serie. La única caja de cambios disponible era una manual de 6 velocidades, un 11 por ciento más corta que en el 911 GT3.