En 2009, Porsche sacudió al mundo con la presentación de su modelo sedán de cuatro puertas, el Panamera.
Antes de que todos entendieran de qué se trataba, en 2011 se lanzó una nueva versión: el GTS.

El Cayenne fue un modelo que atrajo las mayores ventas para un modelo Porsche, a pesar de los comentarios de odio de los puristas. Una de las mejores versiones del SUV fue la versión GTS. Teniendo esto en cuenta, no fue de extrañar que se introdujera un Panamera GTS.

El Panamera GTS se parecía más a un Turbo desafinado que a un 4S actualizado. Su aspecto exterior estaba a la par con el Panamera Turbo, con grandes tomas de aire en la parte delantera y la parte delantera estándar del paquete SportDesign, que enfatizaba la dinámica deportiva. En la parte delantera, los faros bixenón tenían biseles interiores negros y presentaban cuatro luces LED de conducción diurna. En la parte trasera, había el mismo alerón adaptable que se desplegaba a velocidades superiores a 205 kph (121 mph). El paquete exterior de alto brillo incluido de serie incluía el revestimiento de las ventanillas laterales y la tapa trasera del maletero.

Los mayores cambios se produjeron en el departamento técnico. El motor era el mismo V8 de 4.8 litros del Panamera S y 4S, pero con algunas mejoras tomadas de la versión Turbo con árboles de levas e inducción de aire rediseñada. El automóvil presentaba de serie el PASM (Gestión Activa de Estabilidad de Porsche) que pegaba el automóvil a la carretera en las curvas rápidas. Gracias a la función de control de lanzamiento, el coche podía acelerar de 0 a 100 km/h en 4,5 segundos (0-60 mph en 4,1 segundos).