Saab introdujo el modelo 9-3 en 2002 pero esperó otros dos años para ampliar la gama con la forma de camioneta, pero lo hizo bien.
Si bien se suponía que compartiría más componentes con el Opel/Vauxhall Vectra europeo, Saab cambió en gran medida el 9-3. No compartía ningún panel de carrocería con su primo, lo que generó costos de producción más altos de lo que predijo GM.
El 9-3 presentaba una parrilla que mostraba un plano esbozado visto desde el frente, que se asemejaba a la herencia de la empresa. Sus faros de aspecto nítido con señales de giro montadas en las esquinas mostraban la determinación de la marca para tener éxito. El SportCombi presentaba un parachoques delantero único con un borde debajo del faldón. Según la versión, ofrecía faros antiniebla redondos o rectangulares. En la parte trasera, Saab instaló luces traseras transparentes verticales con una forma triangular estrecha. Por lo tanto, el fabricante de automóviles no tuvo que adaptar el vehículo para el mercado estadounidense y mantuvo una puerta trasera de amplia apertura.
En el interior, el fabricante de automóviles instaló un tablero con un diseño centrado en el conductor y una consola central inclinada. Su amplio velocímetro central en el panel de instrumentos estaba flanqueado por el tacómetro a la izquierda y los indicadores de combustible y temperatura compartían la misma esfera redonda. Saab usó un sistema de infoentretenimiento diferente al del resto de GM, con fibra óptica y parlantes de 300 W. Los asientos de cubo en la parte delantera eran los mismos que se ofrecían en el sedán, pero el banco trasero, con su sistema de plegado dividido, se adaptó para el SportCombi. Ofrecía un enorme maletero con 72,3 pies cúbicos (2047 litros) de espacio cuando el respaldo del asiento estaba plegado.
Saab ofreció el SportCombi con una amplia variedad de motores diésel o de gasolina turboalimentados.