Subaru presentó la línea Impreza en 1993 como reemplazo del Leone, y también trajo una versión familiar, que se actualizó junto con el resto de la gama en 1998.
El Impreza ya era un nombre de renombre en el mercado después de sus primeras victorias en rallyes, y la versión GT-Turbo comenzó a ser más apreciada en las calles. Gracias a su sistema de tracción total, el automóvil demostró sus cualidades, especialmente en áreas montañosas y en superficies sueltas y nevadas.
El modelo de 1998 lucía una nueva fascia delantera, con una parrilla trapezoidal invertida delgada que reemplazaba el panel plano anterior que bloqueaba la mayor parte del espacio entre el borde del capó y el parachoques. Subaru también reemplazó el parachoques, que presentaba una amplia rejilla en el faldón y dos tomas de aire laterales donde se instalaron las luces antiniebla. La versión turboalimentada presentaba una entrada de aire y cuatro salidas de aire en el capó, además de dos grandes faros redondos en el parachoques.
En el interior, Subaru cambió por completo el salpicadero. En el modelo de 1998, la consola central presentaba un panel plano para los controles HVAC y el estéreo. Siguió el estilo japonés con los controles de clima instalados en la parte superior, lo que dificulta el acceso a los controles del sistema de sonido. En la parte trasera, Subaru instaló un banco plegable que amplió el maletero de apenas 356 litros (12,5 pies cúbicos) a unos decentes 1275 litros (45 pies cúbicos).
Subaru abandonó el viejo motor de 1.8 litros por el tren motriz y mantuvo solo tres motores con un rango de entre 95 hp y 218 hp.