Toyota presentó la segunda generación del Prius en 2004 para el mercado mundial y, en 2006, renovó la línea y reveló nuevas opciones y funciones más inteligentes.
El Prius fue el coche que inició la revolución híbrida. No fue el primer híbrido, pero fue el primero que tuvo un éxito considerable entre los clientes. A pesar de su forma extraña y sus interiores anodinos, el Prius convenció a sus clientes gracias a su alta eficiencia de combustible, especialmente en el tráfico urbano.
Para 2006, el fabricante de automóviles japonés presentó una versión renovada que trajo algunas mejoras. Su coeficiente aerodinámico se redujo de un buen 0,29 a un excelente 0,26. Por lo tanto, el automóvil podría ahorrar más combustible en la carretera, donde no ofrecía grandes ventajas sobre otros vehículos regulares no híbridos de su clase. En la parte trasera, el fabricante de automóviles instaló luces traseras LED para reducir el consumo de energía. No era mucho, pero era una declaración.
Toyota introdujo más características de comodidad, como el sistema de entrada y arranque sin llave. Con el llavero en el bolsillo, el conductor podría acercarse al vehículo, presionar un pequeño botón en la manija de la puerta para desbloquear el automóvil. Un botón de arranque le dio vida al auto. El sistema de información y entretenimiento ofrecía una vista detallada del consumo de combustible que se mostraba en barras cada cinco minutos de conducción.
Debajo del capó, Toyota presentaba un motor de ciclo Atkinson de 1.8 litros que enviaba su potencia a las ruedas delanteras a través de una transmisión CVT. El motor eléctrico trabajaba en paralelo con la unidad for-pot de combustión interna. A diferencia de otros vehículos híbridos en el mercado en ese momento, el Prius podría haber sido conducido solo con el motor eléctrico, por una distancia corta.