Toyota trató de construir una línea completa de MPV, comenzando con un vehículo de segmento pequeño basado en la plataforma Yaris y ofrecido en países específicos.
A juzgar por su apariencia, el Yaris Verso era solo un pequeño MPV que intentaba encontrar clientes comprensivos que no deseaban nada más que un vehículo pequeño, espacioso y confiable que pudiera ahorrar combustible y fuera fácil de estacionar. De un vistazo, fue una receta exitosa.

Si bien el fabricante de automóviles japonés logró marcar todas las casillas y proporcionó un vehículo espacioso, eficiente en combustible y fácil de estacionar, los diseñadores no parecieron marcar ninguna casilla aparte de la línea “tener faro”. El frente del automóvil era muy corto y el parabrisas lo suficientemente inclinado como para no necesitar un limpiaparabrisas bajo una lluvia torrencial. Su invernadero alto presentaba más área de ventana que un hatchback de tamaño compacto, mientras que la puerta trasera de apertura lateral dificultaba la carga y descarga, especialmente en espacios de estacionamiento reducidos.

En el interior, el fabricante de automóviles usó el grupo de instrumentos montado en el centro del tablero que secretamente mostraba la velocidad solo al conductor. Toyota insistió en las características de seguridad y, en ese departamento, ofreció más que nadie en el mercado. Además, el interior era más espacioso que el del Yaris normal, ya que tenía una distancia entre ejes más larga. Eso dejó más espacio incluso para el baúl, que era lo suficientemente grande para una familia de cuatro que necesitaba llevar una bicicleta y un cochecito de bebé.

Debajo del capó, Toyota ofreció la opción de tres motores, incluido un turbodiésel de alta eficiencia de combustible.