Volvo necesitaba un automóvil para competir en el segmento de sedán de tamaño pequeño y trabajó en estrecha colaboración con Renault para iniciar la serie 440/460.
A principios de los 80, Volvo comenzó a buscar un socio y a desarrollar una nueva línea de vehículos. Sus vehículos de tracción trasera comenzaron a estar obsoletos y superados. Al final, firmó un acuerdo con Renault, creó una nueva plataforma e introdujo el Volvo 440 hatchback de 1987 en el mercado. Dos años más tarde, el fabricante de automóviles sueco lanzó la versión sedán, que recibió el nombre de 460.

El lenguaje de diseño del 460 era muy similar al ofrecido por su hermano, el 440. Su fascia delantera se parecía a la serie 740/760 pero se encogió para encajar. Según los estándares de la época, se consideraba un vehículo de tamaño compacto. El equipo de diseño de Volvo fabricó el sedán de tres cajas con ventanas laterales más cortas detrás de las puertas traseras que las del 440 y un pilar C menos inclinado.

En el interior, el cambio hacia una plataforma de tracción delantera generó más espacio interior para los pasajeros delanteros, pero la distancia entre ejes limitada hizo las cosas más difíciles para los pasajeros traseros que no tenían demasiado espacio para las piernas. Aún así, se consideró un sedán premium del segmento compacto adecuado para una familia que buscaba un automóvil más lujoso.

Debajo del capó, el fabricante de automóviles sueco instaló motores Renault combinados con una caja de cambios manual estándar de 5 velocidades. Se ofreció una transmisión automática de cuatro velocidades como opción, mientras que Volvo desarrolló e instaló una CVT en versiones posteriores.