Volvo rompió las reglas de sus antiguas tendencias de diseño cuando presentó el sedán 850 en 1991 y continuó mejorando con la versión familiar de 1993.
El 850 fue un paso seguro hacia los sistemas de tracción delantera de Volvo. Aunque no fue el primer automóvil FWD en la línea de fabricantes de automóviles suecos, mostró su compromiso con esa tendencia y demostró que podía hacerlo por sí mismo. La serie 400 se fabricó junto con la ayuda de Renault, que era un especialista en tracción delantera.
Si bien la parte delantera del automóvil se transfirió de la versión sedán, el 850 Estate (o Sportswagon en los EE. UU.) era diferente del pilar B detrás. Su techo plano y largo fue diseñado para proporcionar un flujo de aire suave, mientras que la puerta trasera era plana y vertical. El automóvil demostró ser muy efectivo desde el punto de vista aerodinámico, y el fabricante de automóviles utilizó esta versión de carrocería en el BTCC (Campeonato Británico de Turismos). Volvo instaló luces traseras verticales que flanqueaban la amplia puerta levadiza en la parte trasera, haciendo que el vehículo fuera fácil de reconocer en el tráfico y completamente diferente de sus hermanos.
Por dentro, Volvo volvió a mejorar. Instaló un banco trasero plegable dividido 60/40, no solo el respaldo. Así, podría aumentar el tamaño del maletero desde 793 litros (28 pies cúbicos) hasta 1.585 litros (56 pies cúbicos). Pero eso no fue todo. El asiento del pasajero delantero se plegaba, lo que aumentaba la longitud de carga desde la cola hasta el tablero a 2,78 m (109,4 pulgadas).
Según el mercado, el 850 Estate presentaba motores diésel o gasolina. Volvo los instaló transversalmente en la parte delantera, lo que resultó en un interior más espacioso.