Era una nueva era para el fabricante de automóviles sueco Volvo, donde tenía acceso a las nuevas tecnologías proporcionadas por su nuevo propietario, Ford Motor Company.
Ford compró Volvo en 1999, pero Volvo ya tenía lista su plataforma P2 y la usó para el S60 y el S80 antes de construir el V70 sobre ella. Al final, el auto era más sueco de lo que Ford intentó hacer, y para algunos, eso fue motivo de alegría.
Peter Horbury diseñó el automóvil con la misma fascia delantera que el modelo S60. La parrilla con pines y los faros horizontales curvos se inspiraron en el diseño de los barcos vikingos más antiguos. Su forma de V en el capó siguió el mismo tema. A diferencia de otros fabricantes de automóviles que modificaron el sedán y agregaron algunos paneles en la parte trasera, Horbury remodeló todo, desde el pilar B hasta la parte trasera. El diseñador imaginó su portón trasero vertical para ofrecer un gran volumen de maletero, sin tener en cuenta la tendencia del mercado que favorecía el diseño.
En el interior, un concepto minimalista sueco era fácil de reconocer y ver en cualquier tienda de Ikea. Sus botones y controles eran fáciles de alcanzar, mientras que la consola central estaba inclinada y ligeramente inclinada hacia el conductor. En la parte trasera, el automóvil presentaba un banco plegable dividido 40/20/40 que permitía ampliar el maletero de 485 litros (17,1 pies cúbicos) a 1641 litros (57,9 pies cúbicos). No era el más grande de su clase, pero presentaba una superficie completamente plana.
Debajo del capó, Volvo instaló una selección de seis motores, tanto diésel como gasolina. Dependiendo del nivel de equipamiento y las opciones, el fabricante de automóviles ofreció el automóvil con una transmisión manual de cinco o seis velocidades o una caja de cambios automática de seis velocidades.