Lanzado en el Salón del Automóvil de Ginebra de 2017, el XC60 fue la segunda generación del SUV premium fabricado por Volvo.
Fue un modelo muy importante para la marca sueca.
El XC60 representó alrededor del 30 por ciento de las ventas de Volvo en todo el mundo. Era importante para la introducción de nuevas funciones de seguridad y, dado que el mercado de los SUV compactos era tan exigente, Volvo no quería escatimar esfuerzos para fabricar un coche mejor. Los rodearon.
Mientras que la primera generación se basó principalmente en la antigua plataforma Ford Mondeo, la segunda generación se basó en una nueva plataforma Volvo SPA (arquitectura de plataforma escalable) utilizada también por otros modelos de Volvo. El lenguaje de diseño mantuvo las luces diurnas tipo “martillo de Thor” dentro de los faros y la gran parrilla cromada. Pero el coche no parecía una camioneta sobre pilotes, sino que su diseño trasero estaba inspirado principalmente en el segmento de los hatchback.
En el interior, Volvo insistió en poner tantos materiales reciclados como fuera posible. La veta de la madera en el tablero y los paneles de las puertas, la tela o la tapicería de cuero artificial eran de primera calidad, con ajustes y acabados de primera.
Para el tren motriz, el XC60 se ofreció con sistemas de tracción delantera o en las cuatro ruedas. Se ofreció con versiones diésel, gasolina, híbridos e híbridos enchufables. Las características de seguridad cubrieron la mayoría de las áreas, incluida la asistencia automática para mantenerse en el carril, el control de crucero adaptativo y el monitor de punto ciego. El XC60 fue uno de los primeros vehículos del mercado en ofrecer un sistema de frenado automático estándar con detección de peatones.