Mientras algunas personas sueñan con crear su automóvil, los hermanos Wiesmann lo hicieron y compartieron su trabajo.
Martin Wiesmann y Friedhelm Wiesmann tenían pasión por la mecánica y la ingeniería. Comenzaron su propio taller de tuning, donde trabajaron en motocicletas. Pero a Martin le encantaban las formas de los roadster británicos y especialmente el Austin-Healey 3000. Podría haber comprado uno, pero eligió el camino difícil; él lo construyó Así nació el MF30 en 1993. Era un coche de aspecto clásico pero propulsado por un motor de seis cilindros en línea de BMW. En el mismo año, presentó una versión mejorada llamada MF3, que se mantuvo en producción hasta 2003, cuando el fabricante de automóviles presentó el MF4.

Independientemente de las nuevas tecnologías involucradas, Wiesmann tenía los mismos gustos en cuanto a la apariencia del automóvil y el MF4 se parecía a su predecesor. El automóvil lucía la misma parrilla delantera en forma de corazón inspirada en Jaguar y un nuevo sistema de faros, con tres faros a cada lado. Desde sus costados, la línea de botellas de coca-cola era amplia, con una parte más profunda en las puertas. Los guardabarros traseros elevados estaban inclinados en la parte trasera y lucían dos luces traseras redondas. La parte inferior del faldón trasero albergaba los escapes gemelos, flanqueados por la luz de marcha atrás y la luz antiniebla.

En el interior, el MF 4 presentaba un interior revestido de cuero, con una moldura de plástico que cubría la consola central, que también servía como panel de instrumentos. Para eso, Wiesmann reveló su lado de ingeniería e instaló dos diales grandes para el velocímetro y el tacómetro y cinco indicadores analógicos adicionales para la temperatura del refrigerante, la temperatura del aceite, la presión del aceite, el termómetro exterior y el indicador de combustible.

Debajo del capó, Wiesmann instaló un motor BMW V-8. Lo combinó con una caja de cambios automática de seis velocidades y envió la potencia a las ruedas traseras.