Fiat presentó el Grande Punto en 2005, como sucesor de la gama Punto, pero más grande.
Se ofreció con versiones de tres y cinco puertas.

Fiat era conocido por ser un buen fabricante de automóviles para el segmento pequeño. A lo largo de los años, mostró sus habilidades con vehículos como el 600, 500, Tipo, Ritmo y otros. Eran las clases más grandes las que les daban quebraderos de cabeza, como los Argenta o los Croma. Pero rara vez fallaron en los supermini o en el segmento pequeño.

Atrás quedaron los cortes rectos y las líneas angulosas del Punto. El Grande Punto vino con una carrocería redondeada, faros inspirados en Maserati y una línea de cintura ascendente. Los pasos de rueda ensanchados evocaban deportividad y una presencia musculosa, aunque en la mayoría de las versiones de motor esto no era cierto. Tomó la idea del Punto de instalar las luces traseras verticalmente en los pilares C. Por último, pero no menos importante, Giugiaro y su Italdesign Studio firmaron el diseño.

Con un interior mucho mejor que el de la generación anterior, el Grande Punto ofrecía mejores lecturas de instrumentos y más características de seguridad. Había un buen espacio en la parte delantera pero limitado en los asientos traseros debido a la corta distancia entre ejes. Sus ventanillas laterales para los pasajeros traseros no proporcionaban gran visibilidad. Pero a nadie le importaba. ¡El exterior se veía genial!

Para el compartimiento del motor, los ingenieros italianos prepararon una amplia variedad de opciones. La versión de tres puertas del Grande Punto estaba equipada con motores que oscilaban entre los 65 CV y los 129 CV. Aparte de las versiones diésel superiores, que presentaban manuales de 6 velocidades, el resto de la gama se emparejó con una manual de 5 velocidades.