Ford presentó la EcoSport 2012 como un crossover del segmento B para los mercados globales, comenzando con Brasil y terminando con el continente norteamericano en 2018.
Mientras que la primera generación de EcoSport compitió en el mercado sudamericano, su sucesor mostró sus músculos a nivel mundial. Ford lo construyó sobre la plataforma del Fiesta 2011, pero adaptó el resto del vehículo para que pareciera un SUV.
Su área delantera alta lucía una amplia parrilla octogonal con detalles cromados. Encima de él, a los lados, los diseñadores colocaron los estrechos faros y más abajo, en el parachoques, los faros antiniebla. Un faldón sin pintar rodeaba la base del parachoques, creando la imagen de un SUV. A los lados, los espejos de las puertas montados en tallos altos y el invernadero alto realzaban el aspecto del automóvil como un vehículo inspirado en todoterreno más capaz, mientras que en la parte trasera, el automóvil presentaba una puerta trasera montada lateralmente con la rueda de repuesto adjunta.
En el interior, el fabricante de automóviles instaló materiales baratos y un interior de apariencia sosa con varios tonos de gris y negro. El salpicadero lucía mejor que el resto del vehículo ya que estaba inspirado en el Fiesta, aunque con materiales de menor calidad. Gracias a los asientos montados en alto, el EcoSport brindaba espacio adecuado para cuatro pasajeros, pero no era fácil acomodar a tres adultos en la parte trasera debido a la carrocería angosta del auto. Su maletero era más pequeño que el del Renault Captur o el Nissan Juke, pero el respaldo del asiento trasero lo ampliaba hasta
Debajo del capó, el fabricante de automóviles se jactaba de su motor de tres cilindros en línea, llamado EcoBoost. Fue un motor turboalimentado de 1.0 litros que ganó el premio “Motor del año”. Un turbodiésel de 1,5 litros completaba la gama.