En 2015 Mercedes-Benz lanzó la segunda generación de su SUV de clase compacta.
El fabricante de automóviles volvió a identificar al GLK como GLC, pero las diferencias son más grandes que un cambio de nombre. El GLC representa una desviación de su antecesor, el Clase G, y agrega más comodidad y mejores capacidades en carretera.

El interior ha sido reelaborado y ahora ofrece una mejor atmósfera, que es una seña de identidad de la marca, cortesía de materiales de alta calidad, como la napa o las molduras de madera de poro abierto. Además, hay sustancialmente más espacio para equipaje en el maletero. Se ofrece opcionalmente un gran techo de cristal panorámico para aumentar la luz y mejorar la sensación de amplitud.

Todos los modelos cumplen con las emisiones EU6 de serie. Con el GLC 350 e 4MATIC, Mercedes-Benz ofrece un híbrido enchufable que combina las ventajas de la tracción total con el menor consumo de combustible. Su rendimiento no se ve afectado ya que puede alcanzar una velocidad máxima de 235 kph (146 mph) con una potencia de sistema de 320 hp, la mejor en su clase.

El vehículo semieléctrico tiene una autonomía de 35 km (21 millas) en modo totalmente eléctrico de cero emisiones, acelerando de 0 a 100 km/h (0-62 mph) en 5,9 segundos si es necesario, gracias a la función de impulso. Al igual que su hermano mayor enchufable, la Clase S, el GLC 350 e 4MATIC ofrece todos los sistemas de confort y eficiencia característicos del GLC normal.