Presentada un año después del lanzamiento del Maserati Granturismo, la versión S más potente tenía un aspecto ligeramente rediseñado y una mecánica mejorada.
Estéticamente, el Granturismo S presentaba llantas de aleación grises de 20 pulgadas, una parrilla oscurecida, un alerón trasero extendido, tubos de escape dobles cromados, umbrales acampanados y pinzas de freno rojas.

Sin embargo, la mejora principal estaba debajo del capó, con un nuevo motor de 4.7 litros que reemplazó a la unidad de 4.2 litros. El 500cc aumentó la potencia de salida a 440 hp, en comparación con los 405 hp del Granturismo.

Cuantitablemente más rápido que el Granturismo, la versión S podía alcanzar los 100 km/h en solo 4,9 segundos y tenía una velocidad máxima de 295 km/h.

El automóvil más poderoso de la compañía en ese momento, el Granturismo S era menos un gran turismo y más un automóvil deportivo. La transmisión automática ZF fue reemplazada por una caja de cambios de transeje manual robotizada completamente reelaborada y mejorada.

La comodidad de manejo se vio un poco comprometida con el chasis más rígido y no ajustable, así como con las aleaciones de 20 pulgadas. Los amortiguadores ajustables eran opcionales y el S venía con el sistema Skyhook de Maserati que permitía al conductor elegir la configuración de la suspensión directamente desde el tablero, dependiendo de las condiciones del camino.

Maserati afirmó que la economía de combustible se mejoró en un 9%, alcanzando los 11,2 litros/100 km en el tráfico extraurbano.