En el pasado, Seat solía producir automóviles bajo la licencia Fiat.
Varias décadas más tarde, Seat pasó a formar parte del Grupo Volkswagen y experimentaron un mayor crecimiento, los vehículos de Seat se hicieron muy populares en el mercado.

Cupra se convirtió en la marca de rendimiento de Seat produciendo su primer modelo independiente en 2019.

Hace muchos años, Cupra fue para Seat lo que AMG es para Mercedes.

Todo empezó en 1996 cuando la marca española lanzó al mercado el Seat Ibiza Cupra, un hothatch propulsado por un motor VW 2.0 litros 16V que producía 150 CV. La unidad se combinó con una caja de cambios manual de 6 velocidades que enviaba potencia a las ruedas delanteras.

No fue el primer Cupra, pero sí el primer modelo que pudo ser homologado para carreras, ya que las versiones anteriores estaban equipadas con motores de baja potencia con una potencia máxima de 115 CV.

Estéticamente, la versión Cupra se podía diferenciar fácilmente de la versión regular, ya que presentaba las insignias de CUPRA en los laterales, tenía llantas de diseño específico y venía con llamativos colores de pintura exterior.

Poco después del lanzamiento del Cupra de 1996, se añadió el Cupra 2 a la gama. El modelo presentaba un diseño interior modificado y una cabina equipada con asientos deportivos parcialmente tapizados en cuero.

El Seat Ibiza Cupra de 1996 podía hacer el 0-100 kmh/h en 8,2 segundos y tenía una velocidad máxima de 217 km/h.