La cuarta generación del BMW Serie 7 fue una de las series 7 más odiadas y amadas de todos los tiempos.
Fue odiado por su apariencia, pero fue el automóvil el que se vendió más que sus predecesores.
Con el E65 BMW Serie 7, el gurú del diseño de los fabricantes de automóviles alemanes, Chris Bangle, lanzó un nuevo estilo de diseño en la empresa. Se llamó “superficie de llamas” y, en teoría, hizo que el automóvil se viera diferente según el ángulo desde el que se lo viera. Por otro lado, fue el automóvil tecnológico más avanzado en circulación y recibió un premio por eso en Japón.
En comparación con su elegante predecesor, el E65/E66 Serie 7 era voluminoso y grande y tenía una enorme rejilla en la parte delantera. Ya no era elegante y quiere llamar la atención en el camino. El parachoques delantero tuvo que ser esculpido para revelar completamente los faros, mientras que la parte trasera presentaba un cuarto de panel arqueado que no seguía la forma de la tapa del maletero.
En el interior, la tecnología involucrada era abrumadora para aquellos tiempos. Era la primera vez que un sistema de infoentretenimiento se controlaba a través de una perilla giratoria que ejecutaba todos los comandos. El sistema fue desarrollado en colaboración con el fabricante de teléfonos Nokia. El tablero de instrumentos con doble abultamiento, uno para el grupo de instrumentos y otro para la pantalla de información y entretenimiento, fue otro problema de diseño encontrado por los fanáticos de BMW.
En la parte trasera, ofrecía buen espacio para las piernas y mucho si se elegía la versión de distancia entre ejes larga (E66). El BMW Serie 7 estaba disponible con una selección de motores de gasolina y diésel desde seis en línea hasta unidades V12. Fue el primer BMW disponible exclusivamente con transmisión automática.