La segunda generación del Grand Tourer M6 de BMW se lanzó en 2012.
A diferencia de su predecesor que ofrecía un motor V10 de aspiración natural que gritaba, la versión 2012 presentaba un V8 biturbo.
El mundo de los autos GT de desempeño no podría estar completo sin un representante de BMW. Con toneladas de potencia y un lujoso interior, el M6 era una buena mezcla entre un auto deportivo de alto rendimiento y un gran turismo.
A diferencia del resto de la Serie 6, el M6 ofrecía un aspecto más malo. La parrilla de riñón redondeada cromada, las insignias M laterales en los guardabarros delanteros y los cuatro escapes en la parte trasera eran parte del paquete. Las llantas de aleación ligera de 20” también se montaron de serie. Un alerón de labios en la cajuela agregó una postura agresiva al auto. Los faros se ofrecieron como opción con LED. Para aligerar el coche encima, el techo estaba hecho de CFRP (Plástico Reforzado con Fibra de Carbono).
En el interior, los asientos reforzados instalados en la parte delantera ayudaron al conductor y al pasajero lateral a mantener su posición en las curvas cerradas. Con la tapicería de cuero estándar, la cabina lucía lujosa. Había dos asientos en la parte trasera pero sin demasiado espacio para las piernas o la cabeza.
La magia del M6 procedía de un motor V8 de nuevo desarrollo con dos turbocompresores instalados entre los bancos de cilindros para reducir el retardo del turbo. El sistema de inyección directa de gasolina también ayudó a mejorar el rendimiento. El diferencial estaba controlado por una computadora y un sistema de embrague multidisco, que permitía un bloqueo entre 0 y 100 %.